EL TRANSITO EN QUITO


EL TRANSITO EN QUITO

Enrique Vivanco Riofrío
Doctor Arquitecto y Catedrático Universitario

Desde hace algunos años, el incremento del parque automotor, (que sin ninguna duda seguirá creciendo a tasas elevadas), la densificación de la ciudad, el incremento de población y la escases de vías vienen produciendo en Quito congestiones vehiculares de gran magnitud, con grandes pérdidas económicas (tiempo productivo, consumo inútil de combustible) y la contaminación que esto provoca.
Estas congestiones se dan no solo en el núcleo urbano de Quito, especialmente en las vías de salida a los valles de Cumbayá, Tumbaco y Los Chillos, sino también en las terminaciones de esas vías en los valles. La ciudadanía sufre y clama diariamente estos inconvenientes, intensificados en ciertas horas, días y temporadas, como la de los períodos escolares, y sigue a la espera de soluciones más drásticas y duraderas.
En muchas otras ciudades este fenómeno producido con varias décadas de anticipación a lo que está ocurriendo en Quito, ha tenido diversas experiencias de soluciones, desde los planes de ensanche y crecimiento como los de Haussman en París, Cerdá en Barcelona, la Ringstrasse de Viena y tantos otros, hasta derrocamientos de grandes áreas para la ampliación de vías.
En nuestro medio estos planes o grandes operaciones urbanísticas, que requieren de importantes inversiones y decisiones políticas muy severas, podrían sustituirse con medidas más accesibles y mejor dosificadas, que no son, como hemos visto, los pasos a desnivel ni las reformas geométricas.
Incorporar nuevas tecnologías al manejo del tránsito en Quito es una cuestión impostergable. Simuladores microscópicos, con editores de redes, que permiten reproducir las condiciones reales de tráfico de cualquier red viaria en un ordenador. Se usan principalmente para evaluar nuevos sistemas de control y estrategias de gestión de tráfico, pero también han sido utilizados para la predicción del estado del tráfico como componente de sistemas de guiado de vehículos y otras aplicaciones en tiempo real.
Establecer para Quito un sistema centralizado e inteligente de control y manejo del tráfico urbano y suburbano, con la instalación de semáforos coordinados, automáticos y controlados según las variaciones del tránsito, debería ser un plan de semaforización general de la ciudad, incluyendo peatones, invidentes, etc., especialmente en las largas avenidas o vías longitudinales de Quito, en las cuales los semáforos deberían funcionar coordinadamente, esto es en línea a una determinada velocidad para que el tráfico fluya adecuadamente.
Un plan de ocupación de retiros en los predios, que se dejan precisamente para tener la posibilidad de ampliar las vías, ganando hasta diez metros, permitiría en algunas vías, no solo dos carriles adicionales a los ya existentes, sino el ampliar el espacio de aceras y mejorar su calidad y funcionamiento, cuestión tan venida a menos en Quito.
El metro, proyecto sobre el cual se han publicado en este mismo Diario una serie de tres artículos, si llegara a construirse con las mejores características posibles, será sin duda, un sistema que desaliente el uso del automóvil.

Publicado en Diario El Telégrafo. 27 de julio del 2009. Pp.11.

EL TRANSITO EN QUITO (2)

Enrique Vivanco Riofrío
Doctor Arquitecto y Catedrático Universitario

Quito en las últimas décadas, ha sufrido un proceso paulatino de acumulación de espacios de estacionamientos en los nuevos edificios y centros comerciales, totalmente desproporcionados a la red vial.
Recuperar al menos en toda su dimensión la capacidad de las vías existentes, eliminando estacionamientos en ellas, incrementará en algo la velocidad de circulación. En algunas vías longitudinales y especialmente en las transversales, se recuperarían uno o dos carriles.
Esta prohibición y control de los estacionamientos, deberían ser paralelos a una mayor oferta. En algunas zonas de Quito, como la centro norte, hay gran necesidad de estacionamientos públicos, debido a la concentración de actividades comerciales, administrativas y de esparcimiento. Frente a la propuesta de construir estacionamientos en los parques, lo adecuado sería hacerlos bajo las avenidas más amplias, sin mayor afectación a los espacios verdes. Estacionamientos que podrían desarrollarse bajo las avenidas de los Shyris, de la República, Amazonas (Entre Orellana y Gaspar de Villarroel) y Naciones Unidas entre otras.
Estos estacionamientos, deben además, ser regulados en su precio. No tenemos por que pagar los usuarios tiempo de estacionamiento que no utilizamos, eliminar definitivamente la tarifa de hora o fracción y establecer una tarifa mínima de una hora y por minuto adicional de utilización, sin pagar tiempo no utilizado.
Por otro lado, con excesiva frecuencia vemos en Quito que se ocupan las vías para actividades que no les son propias, fiestas, competencias, desfiles, etc., la ciudad tiene tal problema de congestión y volúmenes de tráfico, que cualquier interrupción afecta a grandes áreas. Se hace por tanto necesario un estricto control de la ocupación de las vías con otras actividades, que muy bien pueden desarrollarse en otros espacios como estadios, campos deportivos y otros que son subutilizados.
El diseño de las vías, las dimensiones de sus carriles, la continuidad y los cambios en su número, se hacen sin un auténtico estudio. El propio diseño obstaculiza el tránsito, cuando de pronto aparecen o desaparecen carriles sin ningún aviso ni señalización adecuada, o no tienen diseño de continuidad que ayude al flujo vehicular.
Otras soluciones de detalle, como pintar en la superficie de los cruces de vías, especialmente en algunos de ellos, líneas diagonales entrecruzadas formando rombos que señalen que en esas áreas no se pueden detener los vehículos, para no interrumpir el tránsito en el otro sentido, como ocurre diariamente en Quito, ayudarían en este problema.
En las edificaciones y conjuntos urbanos grandes como centros comerciales, cines y otros que tienen estacionamientos de gran capacidad, deben construirse carriles de desaceleración y aceleración, dentro del predio, de forma que los vehículos salgan o se incorporen a la vía pública sin mayores interrupciones del tránsito. La construcción de estos carriles puede hacerse, dentro de los predios, mediante el correspondiente Estudio de Detalle, aunque la edificación esté concluida.

Publicado en Diario El Telégrafo. 14 de agosto del 2009. Pp.11.

EL TRANSITO EN QUITO (3)

Enrique Vivanco Riofrío
Doctor Arquitecto y Catedrático Universitario

Repetidamente se ha señalado que el problema del tránsito en Quito es debido entre otras causas, a una falta de planificación urbana coherente. La excesiva concentración de servicios en algunas zonas, la distribución de las escuelas y colegios en la ciudad, son en realidad problemas graves. Los estudiantes hacen viajes desde sectores bien lejanos hasta el lugar de su escuela o colegio, inclusive hacia y desde los valles. Un plan especial de establecimientos educativos y su localización de acuerdo con las demandas se hace indispensable.
En los últimos años el enorme desarrollo de los valles aledaños a Quito, especialmente con viviendas de familias que huyendo del ruido, la congestión, la contaminación y la carencia de espacios verdes han poblado los valles, produce en el tránsito unos movimientos pendulares de gran volumen y es sin duda otra de las causas de la congestión vehicular en Quito.
La solución de habilitar grandes áreas de estacionamientos en sitios estratégicos de los valles, desde los cuales se establezcan sistemas de transporte colectivo de excelente calidad y con frecuencias adecuadas, hasta las vías del Trole, Ecovía y Avenida América, ayudaría a que un gran porcentaje de los aproximadamente siete mil vehículos que diariamente entran y salen de la ciudad, se queden en los valles.
La excesiva burocratización de las instituciones y empresas obliga, muchas veces, a los ciudadanos a múltiples viajes para trámites que podrían ser realizados en una sola vez, o por otros medios; teléfono, internet o el correo dentro de la misma ciudad. La definición clara con información telefónica o por Internet de los requisitos para los trámites, que constantemente tienen variaciones, es muchas veces, lo que provoca varios viajes para un mismo trámite.
La revisión y matriculación vehicular es el peor ejemplo de cómo ciertas instituciones en lugar de facilitar los trámites a los usuarios, le obligan a hacer al menos tres viajes para matricular y revisar un vehículo, produciendo mas de un millón doscientos mil viajes cada año que podrían reducirse a la tercera parte, disminuyendo proporcionalmente, el tráfico y la contaminación.
Programas intensivos de participación ciudadana efectiva, para la disminución de viajes son necesarios. Convenios con instituciones públicas, empresas privadas e instituciones financieras para implementar programas de eliminación de los viajes para ciertos trámites y gestiones son indispensables.
Finalmente, resulta necesaria una revisión a fondo de los sistemas de pago de los peajes; ampliando el número de carriles, aplicando una lógica mínima en el flujo vehicular, que ahora no tienen, introduciendo nuevos mecanismos más ágiles, automatizados con monedas, tarjetas de crédito y otros que cambien la actual situación de enormes colas que generan gastos inútiles de tiempo y combustible.

Publicado en Diario El Telégrafo. 24 de agosto del 2009. Pp.11.


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