miércoles, 30 de junio de 2010

EL COMPLEJO EN EL EPICLACHIMA

El cuartel militar con el nombre de Epiclachima, que fue un indígena quiteño que en el siglo XV, enfrentó con sus tropas a los Incas, murió en una sangrienta batalla en la que más de dieciséis mil de sus hombres también murieron, al creer Epiclachima, que por el número, podía vencer a las cuasi profesionales fuerzas del incario. El cuartel con este nombre ha sido mencionado ahora como futuro complejo de gobierno.

Se pregunta uno, desde el punto de vista del urbanismo, que no solo tiene connotaciones espaciales y con la red de espacios públicos, sino también con los ritos, los mitos y la simbología y el carácter urbano y las representaciones del poder en la historia. ¿Es conveniente este traslado? ¿Es solo una reacción y rechazo al norte de la ciudad y ahora se quiere llevar el centro del poder al sur de la misma?, se argumenta el descongestionar el centro y dar espacio al turismo, o ¿hay alguna otra no explicada intención, o necesidad?


Es debido a que el urbanismo y la arquitectura, tienen sin duda connotaciones y representaciones, la razón por la que se ubicaron en la Plaza Mayor, la Plaza Grande, la de la Independencia,  el poder civil, el eclesiástico y el militar (Cuartel Real de Lima), y son por estos argumentos históricos cargados de simbolismo, de cultura y desarrollo de actos cívicos (políticos), religiosos y militares, que tiene esa significación la presencia de estos tres poderes.


La posibilidad del contacto del pueblo (mandante), en sus diversas agrupaciones, con los mandatarios, es sana, saludable y necesaria en una democracia, la Plaza representa por su ubicación y por la tradición, esa posibilidad, que no debe perderse. Es muy cuestionable lo sucedido en la ciudad de México, el centro histórico, la cultura cívica, el poder, abandonado, en una plaza que es un paradigma del espacio público, el poder político ausente, lejos del centro urbano y de la vida ciudadana, dejando ese espacio a merced de otros actores y otros intereses.


No se conoce ningún estudio urbanístico mínimo, la secretaría Inmobiliar, debió realizar un estudio no solo del área disponible sino de los accesos, del impacto ambiental, de seguridad, de nueva centralidad que aparece, como influiría en el tráfico, en las vías, etc.

Esta secretaria, con rango de ministerio, se creó para promover la utilización de los terrenos y edificaciones que pertenecen al estado y están sin utilidad, para hacer alianzas estratégicas con inversionistas, promotores y constructores, para desarrollar grandes áreas de suelo que están sin uso y que atraerán, si hay las condiciones adecuadas, la inversión nacional y extranjera y crearan fuentes de empleo tan necesarias en el Ecuador de hoy día.

La  intención loable de hacer grandes obras públicas, como los puentes de Esmeraldas y Bahía, la hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair, la refinería, el aeropuerto de Santa Rosa, etc., es plausible sin duda, porque son obras que perduraran por muchos años y darán servicio a esas comunidades y al país. Pero es de sensatez absoluta, el meditar bien si vale la pena invertir los recursos del pueblo ecuatoriano, en obras que no le signifiquen un buen aprovechamiento, que no rindan los frutos esperados, que se conviertan en inversiones poco utilizables o con una vida demasiado efímera.