miércoles, 23 de noviembre de 2011

LOS COSTOS DE UNA PLANIFICACION INEFICIENTE

Enrique Vivanco Riofrio. Dr. Arq.

La Planificación y el Ordenamiento Territorial tienen en otros países y desde hace varias décadas, unos instrumentos muy bien definidos, socialmente aceptados y eficientes, que han hecho que el uso y ocupación del suelo se haga con orden, legalidad y con preeminencia del bien común sobre el interés particular, con resultados de ciudades en donde la calidad de vida se ha incrementado de forma por demás notoria.

Los temas claves de esos instrumentos son el de las reservas de suelo necesarias para esa vida en común que significa la ciudad, la red de espacios públicos y los sistemas urbanos imprescindibles, así como la clasificación del suelo. Estos aspectos se cumplen con determinaciones a través de leyes y reglamentos que se aplican adecuadamente.

Vitoria-Gasteiz
España
Anillo Verde

En nuestro país desde que la Ley de Régimen Municipal promulgada en 1938, establecía que las urbanizaciones debían ceder el 10% del área útil para espacios verdes y cuando han trascurrido más de 70 años, seguimos pensando que con ese porcentaje de cesión tendremos una calidad de vida aceptable en nuestras ciudades.

Nuestra legislación quizá estuvo adecuada en los años 30 y 40 del siglo pasado, cuando las edificaciones de las ciudades en su inmensa mayoría, tenían únicamente uno o dos pisos. Esto empezó a cambiar con edificaciones de 10, 12 y hasta 16 pisos o más, la densidad creció de forma muy importante, y para densidades 5 o 6 veces superiores se mantuvo el 10% de cesión de suelo para áreas verdes y espacios públicos. Ahora es evidente que esas cesiones son absolutamente insuficientes para las nuevas características de las urbes contemporáneas.

Cuando las ciudades crecieron, también en extensión, aparecieron otras necesidades básicas que no se habían previsto, la de movilidad y transporte por ejemplo, sometiendo a los ciudadanos a gastar buenas cantidades de dinero en transporte y a perder una considerable cantidad de tiempo para movilizarse. Esta movilidad exige grandes espacios urbanos para estaciones de diferentes tipos, áreas de estacionamiento y mantenimiento de los vehículos de transporte público entre otros.

Barcelona
España
Estación de Autobuses Barcelona Norte

Lo que hemos podido ver en Quito, Guayaquil y la mayoría de ciudades  capitales provinciales y otras como Manta o Quevedo, es que son unas ciudades carentes de las más mínimas reservas de suelo para una serie de sistemas que comprenden no solamente suelo no edificable sino también suelo edificable, es por esto que se hace indispensable una nueva legislación que prevea las reservas de suelo para los sistemas.
Vitoria-Gasteiz
España
El Prado

Los costos de la planificación ineficiente abarcan muchos campos, el derecho de las vías es un grave problema para las obras de ampliación. Resulta que esos derechos aunque constan en la ley de caminos, los treinta y veinticinco metros que deberían haberse dejado como zona de reserva, no se han cumplido, no constan en los planes de ordenamiento territorial y ahora las expropiaciones de estas áreas tienen costos mucho más altos, pues se expropia no solamente el suelo necesario, sino viviendas y edificaciones que se han construido en el área de reserva.

De todas estas imprevisiones en Guayaquil o Quito, se han tenido que hacer grandes inversiones en suelo con expropiaciones que no estuvieron previstas para estos sistemas y reservas que si se hubieran determinado en los planes, tienen otro valor y formas diferentes de expropiación.

De esta falta de previsión para los sistemas urbanos surge también la lamentable edificación en los parques en desmedro de las áreas verdes. Como podemos ver, especialmente en Quito, de forma improvisada, se está edificando en los parques, es posible que se considere que son terrenos sin costo, cuando el eliminar áreas verdes es el costo más alto para la calidad de vida de los barrios y ciudades en donde este despropósito se comete.
Vitoria-Gasteiz
España
Parque de San Martín

El fuerte invierno que sufrimos el año pasado, dejó también una serie de lecciones y costos adicionales no previstos. La reubicación de familias que construyeron en suelo no apto, que no constaba como tal en la planificación ineficiente, con el resultado de relocalizaciones dolorosas y costosas, esas viviendas abandonadas y desarmadas, son la inversión más importante en toda su vida, de esas familias de escasos recursos.

De igual manera la “urbanización” ilegal, que no es tal porque no son terrenos urbanos, pues de ninguna manera cumplen con los mínimos requerimientos para serlo; no tienen vías de acceso adecuadas, no tienen agua potable ni alcantarillado, no tienen energía eléctrica, condiciones mínimas todas estas, para declarar urbanos los suelos. Esos costos de urbanización que asumimos todos, son también producto de la planificación ineficiente, como mínimo el 50% según ordenanzas, mientras los traficantes de tierras que las venden sin urbanizar, se frotan las manos con pingües ganancias.

Es hora de dar el siguiente paso en las categorías del planeamiento, el cambiar la escala del urbanismo para pasar de los proyectos de urbanización a los Planes Parciales, para el desarrollo de áreas de suelo urbanizable. Se hace urgente el determinar en esos planes parciales las áreas de reserva para los sistemas mencionados y otros, es de vital importancia y de interés económico y de la calidad de la vida colectiva que así se haga.
Vitoria-Gasteiz
España