PARQUE DEL LAGO II*
Antecedentes
Sin
duda, hay que saludar la incorporación de un nuevo parque a la ciudad de Quito,
necesitada de áreas verdes, en una situación privilegiada por las cordilleras
de los Andes y sus nevados que se divisan desde toda la ciudad, y por la forma
de un valle cóncavo que permite las vistas no solo desde las partes bajas hacia
las montañas sino desde las estribaciones a la ciudad misma y a la cordillera
del lado opuesto.
El 8 de
abril del 2010, en el blog La Red de Espacios Públicos, que mantenemos desde el
año 2007, se publicó un artículo titulado
“Parque del Lago”. http://lareddeespaciospublicos.blogspot.com/2010_04_01_archive.html
En
esa ocasión ya señalábamos, como se viene sistemáticamente postergando la definición
del uso del suelo y cambios en la ocupación y alturas de la edificación de los
terrenos aledaños al actual aeropuerto Mariscal Sucre y especialmente, la definición
urbanística de la forma de la ciudad en esa zona, además del perjuicio que
significa esa enorme inversión pública en el parque, sin que en la plusvalía
que generará, tenga ninguna participación la ciudad.
Cambios en la propuesta
Con
sorpresa hemos verificado que en la nueva propuesta para el Parque del Lago, se
han incorporado una serie de usos y edificaciones que no estuvieron
anteriormente contemplados en el concurso internacional de ideas.
Estas
edificaciones, que se ubican en su gran mayoría en el borde exterior del
parque, lo que harán, es formar un plano vertical edificado que será un límite
espacial al parque, que establecerá una barrera entre la ciudad y el área verde,
quedando el parque como una especie de patio trasero de ese gran número de
edificaciones casi en hilera.
Los
arquitectos sabemos que estos límites son demasiado evidentes en el plano y que
se reforzarán en la realidad al actuar esa serie de edificaciones como poderosos
obstáculos entre la ciudad y el parque, todo lo contrario de lo que un parque
debe ofrecer, que es precisamente la visión de una área verde desde las calles
y edificaciones vecinas, para que pueda ser divisado aún desde lejos, de tal
manera que invite a ocuparlo.
Los
políticos, naturalmente con una deficiente o nula cultura arquitectónica y
urbanística, presionan a los arquitectos
para convertir a un espacio que debe ser verde, en una especie de contenedor de
múltiples funciones.
Las
siguientes edificaciones, once (11) en total, marcarán ese límite: Estación
metro de Quito, Pabellones multiuso, Arena, Centro de convenciones, Circo
social, Educación agrícola y alimenticia, Polideportivo, Bomberos, Centro de
atención a emergencias, Aeropolicial, Acuario y espacio público.
Todos
estos servicios que suponen necesariamente edificaciones, en el futuro
empezarán a construir cerramientos, a delimitar su espacio, a edificar
ampliaciones, lotizando el parque o convirtiendo en chacras sus parcelas.
También
lamentablemente en este caso del Parque del Lago se comprueba que sigue sin
definirse a nivel de planificación urbanística el sistema de espacios verdes de
la ciudad, esto es una relación entre los diferentes parques a través de
avenidas arboladas y entre el conjunto y los espacios naturales que rodean la
ciudad, ese sistema establecería una red viva de especies vegetales y animales
que haría que Quito vuelva a ser una ciudad con pájaros, con árboles y aire
puro.
El Colegio Benalcázar
La
propuesta de ubicación de la unidad educativa del Colegio Benalcázar, en 5,5
hectáreas que se deslindan del parque y que se definen por la calle Gualaquiza y la avenida Luis Tufiño, no será un espacio de uso público, aunque si un establecimiento de educación municipal, que ganará con el cambio 2,3 hectáreas de terreno y se
ubicará a 5,7 kilómetros de su actual localización.
Es
discutible también la idea de reubicar el Colegio para edificar nuevas
construcciones en los actuales terrenos, que tienen un altísimo valor y una
extensión de 3,2 hectáreas. Se habla de al menos seis (6) zonas y edificaciones
que se construirán, con estacionamientos subterráneos que hacen muy difícil que
el área sea un parque como se dice.
Consulta pública
Nuevamente
señalamos que lo usual en otros países de practicas urbanísticas democráticas
sería elevar el proyecto del Parque del Lago a CONSULTA PUBLICA que es lo pertinente,
también porque es una ocasión única en la historia de Quito, por la dimensión y
el cambio de uso.
En
anteriores ocasiones, esto es en los parques de; La Alameda, El Ejido, La
Carolina, fueron espacios que estaban destinados a parque y de los cuales,
especialmente en La Carolina, se desmembraron y seccionaron áreas muy importantes
de la concepción original de Jones Odriozola.
El
criterio de la ordenanza sobre los terrenos del actual aeropuerto Mariscal
Sucre, era aprovechar las edificaciones existentes para crear un centro de
convenciones que además serviría para desmontar los galpones edificados para el
actual Centro de Exposiciones Quito, arrendado a la Cámara de Pequeños
Industriales en el Parque La Carolina y recuperar esa área para el parque, como
dice una resolución del Concejo Municipal.
Si
es verdad como señala la información, el área verde significa el 88%, esto
quiere decir que el 12% del área total se está destinando a otros usos, cuando
en las áreas perimetrales exteriores al parque se pueden conseguir, si hay
nuevos usos, mayores alturas y mayor ocupación del suelo, áreas importantes edificadas
para todos estos servicios urbanos, de los cuales y lo seguimos comprobando, la
ciudad es deficitaria por la mala planificación que sigue vigente y nadie se
atreve a cambiarla.
La
propuesta es que las cesiones de terrenos en los procesos de urbanización o de reforma
interior, no se hagan en base a la superficie del suelo, sino en base a la
densidad de su utilización.
* Publicado en el Blog lareddeespaciospublicos.blogspot.com el 20 de Agosto del 2012
* Publicado en el Blog lareddeespaciospublicos.blogspot.com el 20 de Agosto del 2012
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