miércoles, 27 de junio de 2007

AGRESIONES AL PARQUE DE LA CAROLINA

Desde hace algunos años ya, se vienen proponiendo y en algunos pocos casos ejecutando una serie de acciones y obras que además de reducir el área verde, del parque más importante del norte de Quito, pretenden hacer negocio con él.

Las propuestas

La de construir seis edificios con más de 78.000 metros cuadrados de construcción ocupando 44.120,40 m2 del parque que incluía pabellones de exposiciones, Imax, museo, hotel y 1800 estacionamientos fue desechada ya, afortunadamente, por el Consejo Municipal, con la resoluciòn añadida para que el Centro de Exposiciones Quito salga del parque y se recuperen 2,30 hectàreas de area verde, resoluciòn que a pesar del nuevo abuso del Centro de Exposiciones al construir un parqueadero dentro del parque, exigiremos que se cumpla mas temprano que tarde.

La propuesta de edificar una concha acústica que viene desde la administración del Sr. Paz y que fue ampliamente rechazada por la ciudadanía e instituciones, nuevamente ha sido mencionada por la actual administración municipal, ahora con el nombre de ágora (Sic).


















Tamaño despropósito resulta el de intentar edificar en el parque un lugar permanente de reuniones con graderías para 40.000 personas, teniendo a pocas cuadras el subutilizado estadio Atahualpa con la misma capacidad. El impacto al medio ambiente que causaría en un parque sobrecargado de actividades sería irreparable.

Algunos ciudadanos han opinado que esta “ágora” sería similar a lo que existe en el Central Park de Nueva York, olvidando que lo del Central Park definido por Frederick Law Olmstead no es un ágora sino un “sheep meadow”, pradera verde rodeada de vegetación, muy diferente a lo que los griegos denominaron Ágora que quiere decir plaza pública en las ciudades griegas. Lo que se proyectó para el Parque de la Carolina fue un escenario para 40.000 personas.

Los comodatos

Los seis comodatos que existen en el parque, ahora incrementados, ya no con esa figura, que ha sido amplia y públicamente cuestionada, sino con otras implementadas por la administración municipal correspondiente; convenios, acuerdos, o como quiera que se llamen, están cercando y lotizando el parque e impidiendo el libre acceso a los espacios verdes o deportivos. Desde que el Municipio de Quito adquiriò en 1939 los 730.000 m2 para el parque una serie de actuaciones municipales; comodatos, convenios y otro tipo de obras, han reducido esa àrea en 156.276,48 m2, lo que significa que un 21,42% del àrea incial ya no es de libre acceso pùblico, o tiene cerramientos.
La edificación de una serie de “casas campesinas” hechas para cualquier fin, no se compadecen con la arquitectura contemporánea en la que debe expresarse la modernidad de la época en que fue construida. Ha de entenderse el diseño correspondiente a la arquitectura de nuestro tiempo, no remedos como los que se construyen, que desconocen absolutamente los proyectos del Parque de la Villete en París, por ejemplo, los mismos kioscos que se incorporaron a las calles de Quito, o muchos otros buenos ejemplos. Tampoco estas construcciones tienen estudios de implantación.

























Hemos de mencionar también, los “convenios” o comodatos con las empresas de teléfonos celulares que ocupan varias edificaciones en el parque incluyendo antenas que no deberían estar allí, por que según algunos estudios tienen efectos nocivos sobre la vida; humana, animal y vegetal. Las cabinas telefónicas de uso público pueden ser necesarias en el parque, pero no otro tipo de negocios con ellas relacionadas.






Al parecer y según declaraciones publicadas en los diarios, los usuarios de las áreas de restaurantes pagan la construccion o remodelación de los locales, no nos extrañaría en absoluto que luego reclamaran ser los dueños, como en tantas otras ocasiones ya ha ocurrido al tratarse de propiedades de la ciudad.

Lotizaciòn y pavimentación del parque

La obra de adecentamiento de las aceras perimetrales que tiene ya bastantes deficiencias en su construcción y que debería llamar a las autoridades a exigir al contratista la responsabilidad establecida en el Código Civil, costó alrededor de $ 1.970.000.

Este proceso de sistemática reducción de las áreas verdes, para el caso de pavimentaciones como el Ciclo paseo y otros pavimentos, redujeron la superficie verde en 29.719 m2.

Por otro lado se han sembrado algunos árboles en algunas zonas del parque, pero esto tampoco tiene un proyecto o diseño, no se sabe sin son las mejores especies recomendadas por los especialistas, y se siembran sin ningún criterio de orden y propòsito, sin conceptos como formar planos verticales virtuales, o cortinas de árboles, enmarcando los caminos y senderos o definiendo espacios como las zonas de agua o la pradera central, por ejemplo.

Los estacionamientos

La pretendida construcción de estacionamientos bajo el parque con capacidad para 1800 unidades, causaría un impacto ambiental desproporcionado y permanente a los espacios verdes.

Seguramente son necesarios estacionamientos en la zona, pero estos deben hacerse bajo las amplias avenidas que bordean el parque (Amazonas, Naciones Unidas, Shyris y Repùblica), y no dentro del parque, por elemental criterio urbanístico - técnico y por las experiencias que hay en otras ciudades del mundo.

Los estacionamientos existentes, que pretenden ahora convertirse en estacionamientos pagados, tienen como antecedentes dos aspectos, el uno que tiene que ver con el subempleo que tienen los vigilantes que allí trabajan y el segundo el que las Cámaras de la Producción ocupan con vigilantes propios uno de los estacionamientos públicos del parque. El introducir esta figura del estacionamiento pagado, solamente hará que se empiece a privatizar los estacionamientos.

Las esculturas

Nos parece importante señalar que las esculturas que se implantaron, también la actual administración municipal lo hizo sin ningún criterio de diseño o urbanístico. Existen críticas razonadas de artistas sobre la calidad de las esculturas que además fueron implantadas casi al azar, cuestión que ha suscitado en diarios y revistas del Ecuador, análisis de críticos de que se deben establecer grupos de evaluación de las esculturas de las ciudades integrados por artistas, urbanistas y críticos de arte además de las autoridades municipales, para seleccionarlas e implantarlas adecuadamente. Algunas de estas esculturas por su propia forma y concepción se han convertido lamentablemente en servicios higiénicos públicos.

Los basureros

Los basureros de todos los tamaños, modelos y colores que hay en el parque no se compadecen con ningún criterio de diseño, ornamento o económico y demuestran el poco cuidado que las autoridades de turno tienen en todos los aspectos espaciales y formales con el parque.
Proyecto no aprobado

Finalmente resulta contradictorio que el Municipio exija a los arquitectos, constructores y ciudadanos en general, tener planos aprobados y todos los permisos en regla para iniciar obras en el Distrito, mientras en los terrenos y parques de la ciudad, algunos ciudadanos, ciertas organizaciones y peor aun el propio Municipio construye sin planos aprobados ni permisos.

Para el Plan de Rehabilitación del Parque de La Carolina, en el año 2001, se convocó a un concurso de ideas, que fue de manera lamentable auspiciado por el Colegio de Arquitectos, pues no se lo hizo bajo el Reglamento de Concursos del Colegio, publicado en el Registro Oficial, sino con un Reglamento Ad Hoc, que seleccionó las tres mejores ideas y que luego se hizo una fusión de ellas en una propuesta, que aunque fue presentada al Consejo Municipal nunca fue aprobada, que se mal utiliza por parte de la Administración Municipal correspondiente, para aplicar ciertos aspectos con las variantes y cambios que a bien tienen. Este proyecto no tuvo la continuidad que debió tener desarrollando el Plan Básico, tampoco se ha respetado para nada la propiedad intelectual del proyecto original, garantizada en la ley correspondiente.

No es sustentable que el Municipio y otras organizaciones construyan en el Parque de La Carolina, sin planos aprobados, sin los permisos correspondientes, sin estudios de impacto ambiental.

Corolario

La actual administración del parque, pasará a la historia como la que ha llenado el parque de edificaciones sin ningún criterio, o ha tratado de construir varios edificios y pavimentos que eliminarían el espacio natural, LA VIDA animal y vegetal, tratando de lotizarlo, pavimentarlo y negociarlo, introduciendo espacios en los que se limita y discrimina el acceso. Nuevas administraciones vendrán que corrijan, como ya ha ocurrido, estos despropósitos y recuperen para la ciudadanía los escasos espacios verdes que tiene la ciudad.