viernes, 25 de septiembre de 2015

LA RUTA VIVA

Nota bibliográfica: Por pedido de un periodista de un importante diario nacional, interesado en publicar opiniones de algunos profesionales sobre esta vía, se me pidió hace algunas semanas este pequeño trabajo que ahora se publica ampliado y revisado.

Esta importante vía, que conecta el núcleo urbano de Quito a través de la Avenida Simón Bolívar, con los valles de Cumbayá, Tumbaco, sus correspondientes parroquias rurales y el aeropuerto, y cuyo nombre solamente es una contracción de las palabras Vía a los Valles, tiene un nombre que induce a equívocos.

Esta vía se proyectó desde hace muchos años y era una de las soluciones para comunicar el nuevo aeropuerto Simón Bolívar con Quito, el aeropuerto empezó a operar en febrero del 2013 sin estar la vía concluida. Esta carencia produjo un período de enormes problemas de circulación al aeropuerto y retrasos a los vuelos con las consiguientes pérdidas.

Es necesario mencionar que el primer contrato de concesión del aeropuerto incluía la construcción de la vía por parte del concesionario, valorada en ese entonces en 100 millones de dólares, y que luego en una renegociación posterior del contrato, pasó a responsabilidad del municipio su financiamiento y construcción.

La vía incluye dos magníficos puentes sobre los ríos San Pedro y Chiche, tres carriles en cada dirección y algunas conexiones de acceso y salida a las diferentes urbanizaciones que existen a su paso, conformando un sistema bien integrado para servicio de importantes áreas que serán el futuro desarrollo de Quito.

El Ingeniero Ricardo Descalzi autor del proyecto de la Ruta Viva  ha señalado que la unión entre ésta a la salida del puente sobre el Río Chiche y la Avenida Interoceánica con unas curvas y pendientes forzadas, son responsabilidad del contratista. Esperemos que cuando se construya la siguiente fase: Río Chiche – Aeropuerto, que debería iniciarse el próximo año, se resuelva bien esto y se lo haga de acuerdo a los diseños realizados de un intercambiador que resolvería este nudo.

Esta denominada Ruta Viva actualmente de 12,9 kilómetros, creemos que debería englobarse en una propuesta de dar al núcleo urbano de Quito una nueva estructura, un nuevo esquema director,  pues resulta que hace ya bastantes años se agotó el crecimiento lineal de Quito, en la actualidad tiene más de 40 kilómetros de longitud.


Frente a esta situación la alternativa propuesta es adoptar un esquema semicircular que considerando al volcán Pichincha como una barrera prácticamente infranqueable, se desarrolle con vías concéntricas semicirculares y otras radiales. (Grfebrero del 2013 s sitemas necesarios para el desarrollo de una ciudad con mejor calidad de vida que el nucleo urbano actyual.áfico)



La Ruta Viva inaugurada en Diciembre del 2014,  la Vía Collas inaugurada en julio del mismo año, y la autopista General Rumiñahui que funciona desde hace bastantes años, por una parte, y por otra los proyectos de la Vía Gualo y el Nuevo túnel conformarían las vías radiales (con color verde en el gráfico) de esta posible semicircunferencia, que sería el esquema urbano que Quito empieza  a tener y que es necesario complementar con las vías concéntricas semicirculares (con color marrón claro en el gráfico) que le darán a la ciudad una estructura coherente que no ha tenido.

Esta propuesta fue presentada en los “Diálogos Urbanos en la Modernidad” que organizados por ONU HABITAT y Arquitectos por la Ciudad se realizaron en la sede de ONU en Quito en Junio del 2008.

Evidentemente esta planificación debe incluir además de las vías, la estructura general y orgánica del territorio que preserve las pocas áreas verdes que quedan. Consideramos que no es suficiente el 15% que según normas, dejan los urbanizadores, estas áreas llegan a ser parques barriales o de sector pero no urbanos o metropolitanos, este plan debe además prever todos los sistemas necesarios para el desarrollo de una ciudad con mejor calidad de vida que la que tiene el núcleo urbano actual.