¿A quien pertenece el espacio público? En el
Ecuador, al primero que decida, por si y ante si, usurparlo. (Roberto
Aguilar. Vanguardia. 25.07.2006)
Este
título que corresponde a un artículo de Roberto Aguilar, se sumaba en el año
2006, a la lucha de la Plataforma Ciudadana por el Espacio Público integrada
por Arquitectos por la Ciudad y otras 14 organizaciones ciudadanas.
En
una larga defensa de esos espacios, a través de varias acciones, integración de
grupos y coordinación, se lograron mantener algunas propiedades públicas que
pertenecen a la ciudad y también evitar que se construyan pasos a desnivel
innecesarios, agresivos con los espacios urbanos y la circulación peatonal.
Estas
luchas tuvieron sus resultados a veces parciales y otras de forma postergada. Uno
de estos logros, fue el que se publique un listado de los comodatos que el
Municipio de Quito había concedido, para saber en que situación estaban y
constatar como, algunos de ellos habían pasado con el tiempo a propiedades
privadas o se habían lotizado simplemente.
No
podemos decir que seguimos igual a lo que ocurría en el año 2006, aunque sigan
sin respetarse como deberían, los espacios públicos. En la actual
administración y para sorpresa nuestra, el listado de los comodatos desapareció
de la web, no se hacen públicos unos préstamos de uso que deberían serlo, por
su propia naturaleza.
En
cuanto a estos temas la Constitución vigente desde el año 2008 y por tanto
posterior a las luchas ciudadanas en Quito, en algunos de sus artículos
establece derechos y fija prohibiciones que detallamos a continuación:
“Art. 31.- Las personas tienen derecho al
disfrute pleno de la ciudad y de sus espacios públicos…”
“Art. 376.- …Se prohíbe la obtención de
beneficios a partir de prácticas especulativas sobre el uso del suelo, en
particular por el cambio de uso, de rústico a urbano o de público a privado”
Si
queremos mejorar la calidad de vida, los espacios públicos deberían ser:
Intangibles, imprescriptibles e inembargables, o mejor aún considerar, como se
publicó en forma de titular, en una entrevista en el Diario El Comercio el 20
de febrero del 2006 “El espacio público es un bien sagrado”.
En una
serie de artículos publicados en el Blog http://lareddeespaciospublicos.blogspot.com
se han denunciado varias de estas agresiones, su mal manejo y también se han
delineado propuestas alternativas de soluciones, en defensa de esos espacios.
A
pesar de todas estas luchas, se pueden constatar todavía cesiones de espacios
públicos, que desconocemos, -a pesar de haber buscado la información- con que fundamento se hacen: venta, alquiler,
comodato, o donación, a nuestro juicio en ningún caso son convenientes ni
respetuosas con la ciudad, ni tienen el sustento legal ni constitucional
suficiente, pues podrían determinar cambios de uso, de público a privado,
prohibidos por la Constitución de Montecristi.
Los centros
comerciales modernos que han proliferado con exageración, pues se ubican a muy
corta distancia entre ellos, si bien son grandes inversiones que crean puestos
de trabajo, riqueza y promoción del consumo y aunque algunos autores los consideran auténticos templos de la vida contemporánea
y los señalan como el reemplazo actual de los espacios públicos, se olvidan de mencionar
que los espacios más democráticos son sin duda los espacios públicos
propiamente dichos; calles, plazas, paseos, aceras, parques, donde no hay
restricciones ni horarios para su uso, donde los grupos minoritarios no se
sienten discriminados, donde los extranjeros, afuereños y ciudadanos de las
diversas clases sociales pueden utilizarlos, disfrutarlos, libremente.
Los centros comerciales por el contrario, tienen
horarios y otras reglas que aunque no estén escritas se cumplen religiosamente,
en realidad se reservan sin anunciarlo, el derecho de admisión.
Las grandes concentraciones de público que
estos centros comerciales, diariamente provocan, con la congestión vehicular que
producen, se ve agravada en los días festivos y resulta sofocante
en las navidades por ejemplo. Estos no son temas que se consideraron al momento de emitir
los correspondientes permisos y que ahora se tratan de resolver con medidas
parche que afectan a la estructura urbana.
Estos centros comerciales tienen también responsabilidades
en los consumos y desechos que producen, son grandes consumidores de energía y
agua, así como grandes productores de aguas servidas y desechos sólidos.
En el aspecto urbanístico y en las
ciudades de la sierra en especial y específicamente en Quito y sus valles, son
grandes edificaciones, especie de gigantes urbanos visibles desde muchos
lugares por la topografía de nuestras ciudades, especialmente las cubiertas,
mal denominadas quinta fachada, que rompen la imagen urbana su ordenamiento y
su estructura en definitiva.
Todas
estas afectaciones a la urbe deberían ser proporcionalmente compensadas con
mayores impuestos municipales y responsabilidad social verificable.
El mal
llamado “Reordenamiento vial”, está auspiciando nuevas utilizaciones de espacios
públicos por empresas privadas, la ocupación de los retiros y de las áreas
públicas con vías de acceso y salida para su uso exclusivo, cuando deberían tener
las vías de aceleración y deceleración dentro de los predios, no en los
espacios públicos y ni siquiera en los retiros.
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Avenida Naciones Unidas. Quito. Salida vehicular exclusiva |
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Avenida Naciones Unidas. Quito. Doble carril en detrimento del espacio peatonal |
Esta
situación es más evidente y contradictoria en los valles aledaños a Quito, en
donde la disponibilidad mayor de espacios permite con mayor facilidad, resolver
los accesos y salidas dentro de cada predio.
Cabe
también preguntarse ¿si en zonas cuya reglamentación exige retiros se autorizan
edificaciones sobre línea de fábrica, otras personas naturales y jurídicas, no
tienen acaso el mismo derecho de edificar en los retiros y de eliminar las
aceras?
Avenida República. Quito. Reordenamiento vial? |
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Avenida República. Quito. Nuevas construcciones en el retiro |
En
algunos centros comerciales se han cedido espacios con tal exageración que han
llegado a eliminarse las aceras, cuestión ya denunciada en un artículo
publicado en agosto del año 2005, http://books.google.es/books?id=dO1O1j-KYYEC&dq=aproximaciones&hl=es&source=gbs_navlinks_s
Esta
lamentable práctica que desprotege a los peatones de forma en exceso peligrosa
como se demuestra en las fotografías, y que no puede achacarse de ninguna
manera responsabilidad a las personas, que buscan y requieren circular por la
ciudad de forma segura y cómoda, que circulan de forma aprendida, reflejo
condicionado muy antiguo, que saben que al filo de la calzada está la acera.
Consideramos,
esta eliminación de las aceras, una auténtica barbaridad urbanística, más aún
porque en uno de los casos se ubica a escasa distancia de la parada del Metro
“Iñaquito”, que tendrá un gran flujo peatonal. Esta situación podría traer, a
nuestro juicio y en caso de accidentes, graves responsabilidades a quienes
diseñaron y autorizaron semejante despropósito.